El 21 de marzo es el cumpleaños de Johann Sebastian Bach, el gran director de coro y organista del que está orgullosa la ciudad entera de Leipzig— aunque eso no signifique que todos escuchen siempre sus obras. Nosotros, por lo pronto, ya lo hemos celebrado: en la cafetería Bachstübl, en la plaza de la iglesia de Santo Tomás. Muchas veces hemos pasado por ahí; esta vez hemos entrado.
Con vistas a la iglesia y a la estatua de Bach disfrutamos de la “tarta de café de Bach” y del café holandés (también hay “café de la cantata”). Mientras tanto observamos cómo los turistas se fotografiaban en la plaza: ¡qué divertido! Estábamos sentados en la sala de café barroca, el chef de la casa servía con ropajes y peinado de la época. Su mujer se encarga de la cocina y, entre otras cosas, hace los pasteles ella misma. “Sus tartas son dignas de elogio, sin embargo, es mejor no decírselo, de lo contrario, la buena señora querrá pedir más dinero por ellas”, dice su marido.
Al lado de este elegante café hay una segunda zona con una bodeguilla más bien rústica. En la carta del menú pudimos conocer más sobre la historia del local: ya en los años veinte del siglo pasado había una tasca de vinos llamada Bachstübl que invitaba a todos a beber. Después de la Segunda Guerra Mundial un zapatero se trasladó allí, y cuando murió el local quedó vacío hasta que en 1977 reabrió sus puertas, esta vez, dentro del ámbito gastronómico.
El museo de Bach, que se encuentra a pocas casas del local, está de celebración del 21 al 24 de marzo; por eso el 21 y el 23 de marzo abre sus puertas de forma gratuita de 10:00 a 18:00.
¡De vuelta a casa descubrimos que el supermercado Konsum en el barrio de Bach ha desaparecido! Sí, ese que estaba en la esquina de la calle Sebastian Bach con la Hauptmannstraße. Ese en cuyas paredes durante años un Bach “graffiteado” nos miraba un poco torcido. ¡Aún hay más imágenes de Bach! Una está en la calle Käthe-Kollwitz-Straße, en la pared del colegio Thomaschule, otra se encuentra en la fábrica de cervezas de Reudnitz (esta es la que más nos gusta, ¡porque el maestro también le da a la cerveza!).
Traducido por María González de León